Começa assim:
Cuanto más de
vanguardia es un autor, menos puede permitirse caer bajo ese calificativo. Pero,
¿a quién le importa esto? De hecho, mi frase tan sólo es un mcguffin y tiene
poco que ver con lo que me propongo contar, aunque podría ser que a la larga
todo lo que cuente acerca de mi invitación a Kassel y posterior viaje a esa
ciudad termine por desembocar en esa frase precisamente.
Como algunos saben, para explicar qué es
un mcguffin lo mejor es recurrir a una escena de tren: “¿Podría decirme qué es
ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?”, pregunta un
pasajero. Y el otro responde: “Ah, eso es un mcguffin”. El primero quiere
entonces saber qué es un mcguffin y el otro le explica: “Un mcguffin es un
aparato para cazar leones en Alemania”. “Pero si en Alemania no hay leones”,
dice el primero. “Entonces eso de ahí no es un mcguffin”, responde el otro.
El mcguffin por excelencia es El halcón
maltés, el film más charlatán de toda la historia del cine. La película de John
Huston narra la búsqueda de una estatuilla que fue el tributo que los
Caballeros de Malta pagaron por una isla a un rey español. Se habla muchísimo,
sin parar, en el film, pero al final el codiciado halcón por el que tantos
incluso habían asesinado resulta ser sólo el elemento de suspense que ha
permitido avanzar a la historia.
2 comentários:
esta merda é verdadeiros serviço público:))
ou nem isso:))
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